jueves, 17 de octubre de 2019

EL PARTIDO QUE NECESITA MÉXICO


Movimiento de Formación Política 
“Conciencia y Organización” 
Ciudad de México

 EL PARTIDO POLÍTICO QUE MÉXICO NECESITA 

                         “El pueblo pone y el pueblo quita y es el único soberano al que debo sumisión y obediencia”. Andrés Manuel López Obrador. 

     Introducción 

La Cuarta Transformación necesita de un partido político democrático de izquierda que promueva, acompañe y defienda la memoria histórica de ese proyecto de nación, de sus postulados y programa, y de su utopía de un México igualitario y justiciero. Cambio de rumbo y esperanza cierta, tal como lo manifestó de manera contundente la insurgencia electoral de más de 30 millones de compatriotas el 1º de julio del año pasado. La separación del poder económico del poder político y la lucha sin tregua contra la ideología neoliberal, su modelo económico de pillaje y depredación, la clase política a su servicio y la agobiante corrupción, requieren que morena contribuya a dar forma organizada al respaldo social y la confianza del pueblo que se expresó en las urnas, al tiempo que construya el andamiaje de conciencia individual y colectiva identificado con el desafío de la transformación de la vida pública y de cambio de régimen en México. 

     El presente documento tiene la finalidad de invitar a los miembros de morena a reflexionar sobre el desafío que la nueva realidad de México nos impone, para lo cual proponemos nueve lineamientos que, en nuestra opinión, sirven de base para la transformación de nuestro partido, en la antesala de los cambios de dirección que se avecinan. 

Diagnóstico.

     Entre los miembros de morena habita una gran reserva de calidad ideológica, política y moral; de trayectorias individuales y colectivas de valentía, convicción y compromiso; de atributos intelectuales, profesionales y artísticos de enorme valor social; de esfuerzo y aún de sacrificio en la difícil tarea de andar camino y tocar puerta por puerta para informar y convencer a los vecinos sobre nuestros ideales y nuestra causa; de liderazgos honestos, guiados por principios y convicciones. Ese patrimonio, sin duda mayoritario en morena, es la mejor garantía para sumarse creativamente al proceso de regeneración de México, ahora en proceso de edificación bajo los fundamentos y lineamientos del proyecto de la Cuarta Transformación y el liderazgo ejemplar del presidente de la República. No obstante, las acechanzas son muchas y más vale valorarlas en su justa dimensión. 

      De entrada, es evidente que el Proyecto de la Cuarta Transformación, por su origen y contenido, es antagónico de la ideología neoliberal y su fracasado catecismo económico, ya que afecta privilegios, inercias e intereses muy poderosos, anclados en el tráfico de influencias, la impunidad y la corrupción. Sobra decir que ya preparan la revancha. El proceso de “golpe blando” de la derecha neoliberal está en marcha, mientras el partido político que necesita México no está a la altura del desafío histórico que tiene enfrente. Frente al inmovilismo dominante, sin capacidad de convocatoria, distante de la sociedad, desfondada su estructura organizativa en todos los niveles, con un discurso político vago y con escasa iniciativa, morena se muestra ausente como conciencia crítica del desastre heredado y de la forma de gobernar y legislar de sus servidores públicos. Incluso, hay señales de que fuerzas internas en morena intentan refundar la cultura política del PRI en nuestras filas. Su lejanía y falta de compromiso con el Proyecto de la Cuarta Transformación, sumado al predominio político de un crudo pragmatismo, sin principios y adicto a la negociación, representan una afrenta y un riesgo de futuro ominoso al que debemos hacer frente con la lucha ideológica, la recuperación histórica, la propuesta política y el asentamiento moral. 

      Convertido en franquicia electoral, varios líderes (reales o supuestos) viven al acecho de las candidaturas a cargos de elección popular, sabiendo que morena es garantía para cristalizar en su momento viejas y nuevas ambiciones; algunas legítimas, pero muchas otras, producto de un vulgar oportunismo. Resulta evidente que la forma de entender y hacer política que terminó sentando sus reales en el PRD, causando su debacle, se filtró en nuestro partido con la amenaza de darle continuidad a las prácticas del error y del horror, carentes de convicciones, ajenas del proyecto que nos dio origen y razón de ser y fijándose poco o nada en la edificación de una autoridad moral propia, por cierto, peligroso rezago que morena debe superar a través de la práctica y el ejemplo diario. 

     Encerrarnos en una vida interna friccionada, enfocada sustancialmente en candidaturas y cargos, distorsionada por la hegemonía de grupos de presión e intereses creados (eufemísticamente auto denominados corrientes o equipos), con escasa vida institucional, sin debate interno trascendente, adictos a la formación de legiones de clientes político, representa desde nuestro punto de vista la ruta segura al descrédito, antesala del despeñadero político y moral, ante la frustración de la militancia y la mirada atónita de la sociedad, harta de los partidos y de los políticos con su eterno disco rayado. 

     En este contexto, retomando el patrimonio de compromiso mayoritario con nuestro movimiento, se impone la reflexión y el debate colectivo sobre el partido político que requiere la Cuarta Transformación, abriendo los espacios que lo hagan posible y mediante un ejercicio democrático guiado por nuestro proyecto y por la ética que lo sustenta. 

     Quiénes suscribimos el presente documento, participantes del movimiento de formación política “Conciencia y Organización” en la Ciudad de México, de manera libre y voluntaria aportamos nuestra posición para la reconstrucción de morena, bajo los lineamientos siguientes: 

 1) Rescate y Definición Ideológica 

La naturaleza incluyente de nuestro partido no debe ser causa ni pretexto para la indefinición ideológica. 

    El Proyecto de la Cuarta Transformación posee memoria, principios y programa, utopía y destino. Como visión del mundo, su ideología debe nutrirse de esos factores, encarnados en el postulado de la Revolución de las Conciencias, impulsor de una nueva escala de valores, basada en la ética de la honestidad, la solidaridad y el sueño compartido. Semejante cimiento contiene un significado y un mandato ideológico que se sitúa, mira y siente a la izquierda, en tanto oposición radical a la concepción y la herencia de las fuerzas conservadores de derecha, y de afirmación de la naturaleza justiciera y liberadora de nuestro proyecto, de irrenunciable raíz nacionalista y popular. 

     Acerca del invocado tema de la unidad, se trata no sólo de su pertinencia, sino sobre todo de su necesidad. Sin embargo, la unidad a toda costa no es de buen pronóstico. Queremos decir que la unidad debe tener un basamento sólido, que no es otro que la convicción y la conducta congruente con el significado profundo e inequívoco de la Cuarta transformación y con los principios éticos y la práctica moral en que se fundamenta. En otras palabras, no conviene que la unidad tenga de acompañante a la simulación. 

2) Autoridad Moral 

La única forma de garantizar la confianza de la sociedad y el respaldo del pueblo es la autoridad moral. morena debe contribuir apasionadamente a volver realidad ese toque distintivo, signo indeleble para diferenciarnos del tenebroso pasado de corrupción e impunidad y de los partidos políticos cómplices y beneficiarios de la corrupción del poder oligárquico. No basta, por importante que sea, la autoridad moral de Andrés Manuel; se necesita -como antes se decía- asumir el reto de construir la ruta propia a ese ideal impostergable. Desde luego, tal construcción moral parte de una decisión consciente y debe acompañarse de mecanismos eficaces de rendición de cuentas y de evaluación de la conducta pública de los miembros del partido y de sus servidores públicos. 

3) Autonomía 

Es imperativo un partido autónomo e independiente del poder público. Durante decenios luchamos contra el “PRI-Gobierno” y cuestionamos duramente el régimen de partido de Estado, no sólo porque se vuelve dócil y subordinado al partido político, sino porque se convierte en instrumento de manipulación y control de sus agremiados y de la sociedad, inermes ante los actos del poder. En consecuencia, morena debe ser conciencia crítica de sí mismo y de sus servidores públicos de todos los niveles; generador de propuestas de las que se desprendan programas legislativos y de gobierno que obliguen a su seguimiento. 

 4) Democracia Interna 

La construcción de una auténtica democracia interna es un gran desafío para morena. Entendemos por ello la existencia con vida orgánica y estabilidad de sus comités en todos sus niveles, así como de sus consejos respectivos, espacios e instrumentos fundamentales para la reflexión permanente, abierta y libre de la realidad social, el afianzamiento ideológico y la propuesta política. De ser así, se motivará la participación e incidencia de los miembros del partido en su vida interna. Vale añadir que la apropiación de morena por su base activa y organizada es una meta que cristalizaría un espléndido ideal democrático. El ejercicio de la libertad de expresión, la independencia intelectual y la conciencia crítica son valores básicos para el desarrollo democrático de nuestro partido, y práctica insustituible para asegurar la rendición de cuentas y la supervisión de los órganos de dirección y de los servidores públicos de morena. 

5) Construcción Organizativa 

El Comité de Base constituye el núcleo organizativo básico de las y los promotores del Cambio Verdadero y, sin duda, la mejor prenda para su democracia interna, así como el vínculo permanente y estable con la población y la imagen fundamental de nuestro partido en la sociedad. Por ello, se debe facilitar e impulsar la vida orgánica de los comités de base, misma que debe cumplir, cuando menos, los siguientes aspectos: reuniones periódicas; elaboración de un plan de trabajo; aplicación territorial o sectorial del mismo; evaluación de avances y retrocesos; crecimiento cuantitativo y disponibilidad de los insumos y medios básicos para realizar su trabajo. Con respecto a los consejos municipales, estatales y Nacional, de su precaria situación actual, deben pasar a jugar un rol protagónico como conciencia crítica de los servidores públicos de morena. Sus integrantes no pueden andar de solicitantes de empleo en los gobiernos y los congresos, sino actuar como dignos depositarios del interés del proyecto y del partido, y activos promotores de propuestas de política pública. No puede perderse de vista que los servidores públicos representan al partido en funciones legislativas o de gobierno y que el partido tiene el deber de estar atento a su desempeño. 

6) Formación Política 

Una actividad privilegiada del partido que necesitamos es la formación política de los Protagonistas del Cambio Verdadero, de sus servidores públicos y de la sociedad en general. La transformación social anhelada por el pueblo mexicano requiere, más allá del deseo y la esperanza, de conciencia y organización, atributos subjetivos insustituibles de las transformaciones sociales, las cuales constituyen, precisamente, la materia de trabajo de la formación política. En consecuencia, sus objetivos principales son la concientización y el desarrollo organizativo del partido y del movimiento. Concientización, en el sentido de ampliar el mundo informativo, la capacidad de interpretación de la realidad social y de generar nuevos conocimientos a partir de la reflexión colectiva, pero también de convencer y propiciar la introyección emocional del significado profundo de nuestra causa. En cuanto al segundo objetivo, la formación política debe facilitar y promover la organización, muy señaladamente de los comités de base, por ahora ausentes o extraviados. Para ello, hemos reiterado que la formación política en morena debe partir de una concepción pedagógica bien definida, de una propuesta organizativa del proceso formativo, de una metodología participativa, de materiales e insumos didácticos apropiados, de planes de estudio homologados y por niveles, y de un vasto equipo de formadores(as) políticos de alto perfil ideológico y pedagógico, todo ello en el marco de una práctica creativa, estable y permanente. El Instituto Nacional de Formación Política ha sido el instrumento indicado para realizar esta tarea, a pesar de que una parte de la dirección nacional ha obstaculizado su funcionamiento regular. No obstante, ha desplegado en el país una importante iniciativa de actividades formativas con una magnífica respuesta de la base militante, fruto de la conciencia sobre la necesidad de la formación política, pero también de la inexistencia de otras opciones de participación. 

 7) Partido-Movimiento 

Quiénes pertenecemos o simpatizamos con el ideal libertario que nos inspira, nos hemos movilizado en los últimos doce años para derrotar la intentona de desafuero de Andrés Manuel, para defender la industria petrolera nacional, para hacer campaña a ras de tierra en diversas coyunturas electorales, para concentrar la simpatía popular a nuestro movimiento en las etapas previas a la fundación de morena, para acompañar a López Obrador en sus incontables iniciativas a la movilización, situaciones que evocan la pertinencia de ser partido, pero también de ser partido en movimiento. En consecuencia, morena no puede vivir enclaustrado en sus pugnas internas; por el contrario, debe transitar a un reencuentro de su existencia como movimiento, con tareas políticas que conciten la motivación y el despliegue de nuestro mensaje y propuestas en el espacio abierto de la geografía nacional y siempre de cara a la sociedad. Desde luego, ese tránsito no está resuelto, por lo que resulta pertinente realizar un debate interno, desde su base, que establezca las condiciones y el contenido de un accionar político que refrende -cabe reiterar- la confianza social y el respaldo popular. 

 8) Compromiso con la Lucha Social 

Entre las nefastas consecuencias del neoliberalismo se cuenta la decadencia nacional, la catástrofe social, la corrupción e impunidad galopante y la violación sistemática de los derechos humanos, entre otras. Diversos sectores del pueblo se organizan para resistir y luchar por sus demandas y conquistas, prolongando la tradición de organizaciones sociales independientes que en décadas anteriores protagonizaron movilizaciones históricas por la dignidad colectiva y la transformación social. Nuestro partido debe acompañar, más allá de las declaraciones y los propósitos, la lucha organizada de diversos sectores populares, aliados naturales para la transformación de la vida pública y del cambio de régimen en nuestro país. Desde luego, debe hacerlo respetando su autonomía y sin pretensión alguna de vanguardismo o manipulación, basados sólo en la convicción de que tenemos objetivos compartidos. Por cierto, conviene analizar la pertinencia y viabilidad de convocar a la formación de un frente social amplio en defensa de la Cuarta Transformación; poder popular que incluya las demandas sociales y la movilización en torno a ellas, pero también la defensa de las políticas públicas e iniciativas legislativas emanadas del gobierno de la República y de sus expresiones locales. 

 9) Legalidad e Institucionalidad Internas 

Avanzar en la dirección descrita reclama de un proceso de democratización y legalidad internas, por ahora tambaleantes. El cumplimiento de los fundamentos del partido, establecidos en sus documentos básicos es la base de tal propósito. El Estatuto y su sistema de sanciones debe operar sin cortapisas, pero el formalismo normativo tendría que acompañarse de una voluntad política que lo respalde. Lo que ahora prevalece (a pesar de la calidad moral indiscutible y el esfuerzo de los integrantes de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia) es un sistema normativo deficiente y de aplicación centralizada que obstruye el ejercicio de una administración de justicia expedita y eficaz. El Estatuto no puede ser un mandato semejante a la letra muerta, objeto de la discrecionalidad de quiénes deben acatarlo o, de plano, un documento que ni siquiera se conoce y, mucho menos, se analiza. La legalidad e institucionalidad en el partido son prerrequisito de su transformación. 

 Pronunciamientos.

 1) En la antesala de la renovación estatutaria de direcciones, quienes suscribimos el presente documento nos pronunciamos porque en su nueva etapa de desarrollo morena guíe su actividad por los lineamientos aquí planteados; vía firme para edificar el partido político que reclama la Cuarta Transformación, meta histórica encabezada ahora por Andrés Manuel desde la Presidencia de la República. En esta línea de pensamiento, nos pronunciamos por la compañera Bertha Elena Luján Uranga para presidir nuestro partido, por considerar que reúne los atributos de trayectoria, formación, liderazgo, compromiso y honestidad que se necesitan para proyectar a morena por el camino de reencuentro y construcción planteado en el presente documento. 

  2) Asimismo, tomamos la iniciativa de invitar a un debate amplio, libre y abierto sobre el partido que requiere la Cuarta Transformación, conscientes de que muchos miembros del partido comparten la preocupación por la precaria e inestable situación por la que atraviesa y por los riesgos que encara nuestro movimiento. Consideramos que una reflexión colectiva al alcance de todos de mediar la voluntad política de llevarla a cabo se traduciría en claridad compartida sobre la necesidad de que morena sustituya su actual postración, por una definición ideológica y política congruente, necesariamente democrática y de izquierda.